martes, 21 de agosto de 2012

¿Quién es más esclavo: el que habla o el que calla?

        Hace ya unos días leí con mi amiga Laura la siguiente frase escrita en uno de los baños de la FNAC: "uno es esclavo de lo que habla mientras que otro es dueño de lo que calla". A priori me pareció acertada al cien por cien, mas seguí pensando en ella camino a casa y ya le saqué la puntillita. Bien es verdad que lo dicho está dicho, pero uno puede intentar desesclavizarse de lo hablado si después lo corrige (partiendo de la base de que la persona piense que lo que dijo fue un error o no lo pensara realmente, a veces somos así de traicioneros para con nosotros mismos), aunque las palabras ya habrán surtido, de primeras, un cierto efecto en la otra/s persona. Eso sí, hace falta coraje y estar hecho de una cierta pasta para hacerlo. En cuanto a que uno es libre de lo que calla, discrepo. Es cierto que uno es el único amo y señor de una información solo conocida por él mismo ¿pero no será también el más esclavo? A veces callarnos algo por un miedo de cualquier tipo -no estoy exenta, ni mucho menos (¡ojalá!)- puede tener un efecto fatal. En ocasiones tememos la respuesta que podamos recibir y optamos por el silencio (¡la vía de los cobardes!), por huir o esperar a ver si pasados unas cuantos lustros se alinea Venus con Plutón y con aquel planeta rosa fosforito de la tercera galaxia más cercana a SoGo, Naboo o a la Vía Láctea, que pal' caso... "Silence -mal nos pese- like a cancer grows", que dirían Simon & Garfunkel.

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