sábado, 18 de agosto de 2012

Leche merengada

        En clase de lengua castellana, Carmen Tarazona lo llamaba asociación de conceptos; cine - palomitas, deportivo - rojo. Si a mí me dan las palabras "leche merengada" lo primero que me viene a la cabeza es lo siguiente: el abuelo Agustín (él sin canela, por descontado) - mi hermana Ana - la Plaza Mayor de Salamanca. Ese era el trayecto, uno de los tan esperados planes que se repetía en cada viaje a esta ciudad. Se dice que hay comidas que no simplemente gustan por su sabor (que también) sino que el subconsciente, al asociarlas a algo en concreto, un recuerdo por ejemplo, actúa aumentando la sensación de tal gusto, ya sea tanto para bien como para mal. En mi caso probablemente sea así, porque para mí es inveitable no evocar "al Tuerto" y a sus dos nietas, boca llena de berretes, disfrutando de un doble de leche helada, a rebosar de canela para la nieta mayor.

        Nunca me había planteado preparar yo misma la leche merengada (y eso que si hay algo que me gusta cocinar es postres dulces) pero un día, hablando con una paciente en el hospital salió el tema y le conté la batallita (que me guste contar mis andurriales de vez en cuando me viene de familia, concretamente, de mis dos abuelos) a lo que obtuve por respuesta: "pues ¡ay, hija! Yo preparo una leche merengada... ¡Apúntate la receta!". Y eso hice. La he preparado dos veces y os aseguro que es un éxito rotundo, así que la voy a compartir con vosotros.

       - Receta de Carmen C.

Ingredientes:

- 1 corteza de limón rayada
- 3 claras de huevo
- 1 l. de leche
- Azúcar (a partir de 150 gr. preferiblemente muy dulce)
- 1 rama de canela
- Canela en polvo

Preparación:

        Se raya la corteza de un limón. Se hierve la leche con la corteza rayada y la canela en rama. Se va añadiendo azúcar a partir de 150 gr. mientras se va calentando. Se deja enfriar. Se bate por una parte la leche y por otra, las 3 claras de huevo a punto de nieve. Posteriormente, se van incorporando a la leche sin que ni una ni otra se bajen. Una vez hecha la mezcla, se separa en tappers de plástico (permiten que la leche se enfríe antes) y se mete en el congelador. Pasada 1 hora se va separando con el cuchillo, se remueve muy delicadamente y dejamos que se siga congelando. Repetimos la operación pasados 45 minutos y una tercera vez, después de media hora.

        Es conveniente sacarla bastante rato antes de que se vaya a ingerir, para que esté fresquita pero no haya rastro de congelación. Se añade un poco de canela en polvo. Acompañada con barquillos está de muerte.

        Mmmm, qué morriña... Tengo que volver pronto a "Salamanca que enhechiza la voluntad de volver a ella a todos los que de la apacibilidad de su vivienda han gustado -y tu leche merengada han degustado-." Miguel de Cervantes ft. Teresa Requena de Vega.

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