viernes, 13 de abril de 2012

13 de abril y unas cuantas cucarachas

Un día como hoy, tal que hace 21 años, nací yo. Asomé la cabeza la madrugada de un 13 de abril, al alba mientras, totalmente verídico, mi padre leía un libro de vampiros y mi madre le preguntaba que cómo era capaz (vamos, a mí siempre me lo han contado así y me gusta). Tal vez la suma de las dos cosas hizo que les saliera una hija más nocturna que diurna, medio búho, y digo medio búho y no medio vampira porque hasta la fecha aún no me ha dado por succionar sangre y eso que cada día estoy en contacto con ella. Dice mi madre que ese día llegó la primavera pero como a mí me parece un pelín cursi esta afirmación, diré que ese día fue el primero de muchas futuras preocupaciones y de algún que otro disgusto entre un millón de alegrías.


Para mis padres fue su primera niña, imagináos lo que ello debe suponer; 20 meses más tarde llegaría la segunda, mi hermana Ana, mi gran compañera de todo, mi gran apoyo en T-O-D-O. Y fijáos si es buena, que sabiendo que lo único que me da asco (a parte de la envidia y los fundamentalismos entre otras cosas) son las cucarachas, ha intentado que no me diese cuenta de que el aparato de aire acondicionado de donde me toca trabajar hoy escupe cucarachas. Bromas aparte, acabo de escuchar que dos trabajadoras lo comentaban mientras mi madre de espaldas se llevaba el dedo a los labios en señal de silencio. ¿¡Cómo!? Osea que las misteriosas birutillas que escupe el aire acondicionado no es polvo de confeti que alegremente recorre el aire en señal de "felicidades Teresa" sino patitas y antenas... ¡Queratina de cucaracha! ¿¡No podría ser de mariquita, o de mariposa, o de gusanito de seda!? ¡No! ¡Nada más y nada menos que de cucaracha! Vengo una media de cuatro veces al año a echar una mano y hoy, día de mi cumpleaños, a parte de felicitarme mi madrina, mi prima Andrea, mi hermana y mis padres entre otros, me felicita "Doña Esqueleto-de-Queratina-con-Antenas-hecha-trozos-y-triturada-por-el-aparato-de-aire-acondicionado". Supongo que gracias. Parece que lo comente como si fuera el fin del mundo, pero nada más alejado que eso. La aventura de sobrevivir en tierra hostil ¡mola!


Regalitos, a su vez, aparte de la "danza cucarachil", tampoco han faltado. Dos bolsas de "chuches" me ha regalado un compañero del trabajo de mis padres, una por cada década, y estos, un traje de neopreno que pienso estrenar en cuanto se levante media ola. ¡Qué ganas! Asimismo, también he recibido, de forma recíproca, las felicitaciones de dos personas que han acudido, treceabrileños también, deseándome un feliz día.


Para mí es inevitable pararme a pensar qué he hecho estos 21 años. Y la verdad es que tengo la sensación de que los he aprovechado, de que he exprimido la vida y la he saboreado; no he perdido el tiempo. ¿Que he hecho cosas mal? Verdad es, como todo viandante. Pero que he sabido enfrentarme a ello, corregirlo y aprender también es cierto. Hay una frase dede Gregorio Marañón que me gusta leer de vez en cuando, pues no está mal recordársela a uno mismo, y es la siguiente: "Vivir no es solo existir sino existir y crear, saber gozar y sufrir y no dormir sin soñar. Descansar es empezar a morir". Y es cierto; entendamos "descansar" como quedarse parado o anclado, pues es importante hacerlo, incluso de vez en cuando es necesario. Aprovecho también para terminar con otra cita de una canción de EUKZ a quienes veré en el Viña Rock en unos días, que dice lo siguiente: "No tengo miedo al paso del tiempo mientras sepa que vivirlo es lo que cuenta". Y así es, rodeada de la gente que quiero y que me quiere, que Dios o la suerte ha puesto en mi camino, quien me elige y quien elijo que se quede.

Y bueno, de momento voy a seguir trabajando, aunque como no hay mucha gente aprovecho para ir dándole algo de vidilla a este blog, el cual tenía un poco abandonado. Se despide por hoy Teresa con un año más desde hace unas horas. ¡Alohomora! Digo... Hasta pronto.