martes, 18 de septiembre de 2012

Ubuntu

        Investigando, navegando, saltando de aquí para allá por la red o perdiendo el tiempo como diría mi madre, he encontrado lo siguiente, harto curioso, útil y bonito ¡creedeme!

        Su nombre es "ubuntu" y, considero, es algo que TODOS deberíamos tener en cuenta a la hora de actuar, como deber para con el mundo en el que estamos de paso. Ubuntu como regla, como norma; ubuntu como el pan nuestro de cada día; ubuntu a cada paso del camino y para con cada uno de sus caminantes.

        Pues bien: "ubuntu" es un modus vivendi, una filosfía de vida que tiene su origen en sudáfrica, una regla ética de esta comunidad. Según dice el sociólogo Émile Durkheim, es en las sociedades más tradicionales donde la conciencia colectiva más aflora, generándose de esta manera una solidaridad singular, probablemente más altruísta que en las sociedades más desarrolladas (intuyo). De todas maneras, prometo profundizar en el tema, investigar más y documentarme mejor. Esta entrada es el fruto del entusiasmo al descubrir este término nuevo para mí y de las ganas de compartirlo cuanto antes con vosotros (¡yo también soy algo ubuntu!, jajaja).

        Algunas frases que pueden resumir este término son las siguientes: "humanidad hacia otros", "soy porque nosotros somos" y "uno para todos y todos para uno". (Os suena esta última ¿verdad?).

        "Una persona con ubuntu es abierta y está disponible para los demás, respalda a los demás, no se siente amenazado cuando otros son capaces y son buenos en algo, porque está seguro de sí mismo ya que sabe que pertenece a una gran totalidad, que se decrece cuando otras personas son humilladas o menospreciadas, cuando otros son torturados u oprimidos". Desmond Tutu.

        ¿Qué más puedo decir, a parte de animaros a defender ubuntu como un principio? 

        A continuación, y como suelo hacer, adjuntaré algunas canciones: la primera, del cantante Eddy Grant, del cual nos regaló mi padre un CD hace unos cuantísimos años a mi hermana y a mí, ese con el que tantas veces, en los viajes largos en coche, hemos bailado Anita y yo en los asientos de atrás. "Hello Africa", mi amado continente, y como siempre he dicho, el que dará nombre a mi primera hija -si me estás leyendo y quieres casarte conmigo, sepas que esta es una condición sine qua non-. La segunda (ahora canción, no hija) es del trompetista Bert Kaempfert, una de esas que protagonizan la lista de reproducción de mi iPod a la hora del desayuno, ideal para cargarme de positivismo ya de buena mañana.




      
    

       

       

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